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sábado, 26 de marzo de 2011

Sin novedades

No hay mucha novedad, al menos en el frente. O sí que las hay pero de escasa repercusión. Desde el punto de vista personal, la semana ha discurrido como las anteriores quitando posiblemente uno de los momentos de mayor incredulidad con los que mi empresa me deleita de vez en cuando. En concreto, esta semana asistimos a un "sálvese quien pueda" que bien pudiera traducirse como "Yo, mi culo/barbas ya lo he estoy sacando/poniendo a remojar, tú verás lo que haces".

En personas de cuya inteligencia no dudo, sinceramente me llama soberanamente la atención tan poca inteligencia emocional como demostraron. A lo mejor me equivoco y precisamente es eso lo que funciona en ciertos ambientes pero uno pensaría que echar la culpa al mundo, sin hacer la más mínima autocrítica no lleva a ninguna parte. Pero bueno, como decía mi abuela, el que la lleva es el que la entiende: ellos sabrán.

Desde el punto de vista físico, ya no hay dolor. Sí que es cierto que ahí siguen las molestias pero poco a poco también van desapareciendo. A esto hay que unirle la enésima intención de bajar peso e intentar perforar de forma definitiva el límite de los 80. La verdad es que últimamente, a falta de la "priva" me había pasado algo con la ... como sea que se diga eso en argot ¿manduca?. Sobre todo hay que reconocer que mi mujer se está revelando como una gran repostera, a pesar de que ella diga a veces que tal o cual cosa no le gustan. Pero me da que gran parte del secreto del sabor lo tienen los ingredientes, ingredientes que, por otro lado, se suelen llevar a matar con las dietas hipocalóricas :-).

¿Qué más cosas?. Bueno, relacionado con lo anterior, ahora tengo todavía más motivos para cuidarme. A los antecedentes por el lado paterno hay que sumar los antecedentes por el lado materno. Si a eso le sumamos que también tengo amigos con problemas de salud, la conclusión no puede ser otra más que tengo que cuidarme. Es algo de lo que soy consciente pero de lo que posiblemente no estoy tan concienciado como debiera. Entre otras cosas debería ir al médico para que me hicieran un chequeo exhaustivo que confirme lo que todos sabemos, que estoy como una rosa :-).

Y creo que poco más en lo personal. En lo extrapersonal pero que me sigue interesando, la actualidad. Efectivamente Fukushima es algo que nunca ocurrió o si lo hizo fue ya hace muchísimo tiempo, no en vano ya no va en las portadas. Dicho de otra forma, ya no me proporcionan la información, ya la tengo que buscar y lo hago normalmente en la Pizarra de Yuri. Parece ser que la situación va mejorando poco a poco, pero también que la situación va a ser más molesta de lo que hubiera sido deseable (que sería "nada"). Hay dos o tres operadores afectados por radiación excesiva pero cuyas vidas no corren peligro. Poca cosa para estos nipones que llevaban en ¿crisis? 20 años (crisis para ellos era que no crecían), con un paro del 4% y seguían siendo una potencia económica compitiendo con auténticos gigantes (en extensión y población) como EEUU o China.

Nosotros en pocos años lo único a lo que podremos aspirar es a seguir siendo una potencia turística y que los países que hacen bien las cosas se gasten aquí el dinero que ganan allí. Si con el boom de la construcción muchos camareros se fueron a la obra, esperemos que dentro de unos años muchos de ellos hayan vuelto. Ellos, en cambio, seguro que se recuperan y en pocos años están dando otra vez guerra, aunque no del tipo de Libia. Por cierto, en cuanto a la guerra de Libia:
1.- Sigo pensando que entraron tarde.
2.- No tengo muy claro si se debe entrar a bombardear una parte, solo por el placer de bombardearla porque eso presupone asumir que unos son los buenos y otros los malos. No sabemos qué habría pasado en caso de ser los otros los que contaran con la superioridad de armamento. En cualquier caso, si ello sirve de aviso a cualquier otro que empiece a matar civiles opositores indiscriminadamente, bienvenido sea. 3.- Por último, creo que la Liga Árabe es la que tendría que estar metida ahí porque si no la tentación de pensar en el malvado e infiel Occidente que nos bombardea en cuanto tiene ocasión, es mucha.

Ya para despedirme, dos reflexiones al respecto de Japón y Libia. En primer lugar, es increíble lo que nos llama la atención las cosas que no estamos acostumbrados a ver. Nos llama la atención un papel volando de forma errática porque los papeles no vuelan a no ser que seamos nosotros los que los tiremos. Y encima normalmente no van de forma errática. Bueno, he dicho "nos" cuando en realidad debía haber dicho "me", mea culpa. Igualmente, me llama la atención cómo esas cosas que no vemos, los bichitos esos que algunos llaman microbios (de micro que significa ordenador y bio que significa bebida de leche con añadidos saludables) nos pueden coger a nosotros, en la cima de la creación, capaces de hacer una chapuza con una célula y decir que la hemos creado artificialmente y dejarnos un día o incluso una semana en cama. Por supuesto me llama todavía más la atención que puedas pasearte tranquilamente por ciertas zonas de Japón sin notar nada y al acabar el paseo puedas tener un envenenamiento por radiación.

Esa era la primera, la segunda es que vivimos momentos históricos. Todas las cosas que vivimos son historia, historia nuestra en cuando pasa el último segundo e historia de nuestros hijos o nietos llegado el caso. Y llegado el caso darán en el colegio (al menos los niños de países nórdicos) qué problemas había en el mundo en el año 2011 o escucharán en algún lado que la guerra tal es consecuencia de la guerra cual en la que la ONU, por primera vez decidió ...
Como decía antes, todas las cosas que vivimos son historia, pero unas son más historia que otras. Por ejemplo, esta semana empecé a leer un libro de segunda mano que compré por Amazon. Al abrirlo me encontré con que el anterior dueño (o uno de ellos) había usado una trozo de billete de avión para marcar el sitio por donde iba leyendo. Lo mismo que hacía yo cuando iba o venía de Bratislava y lo mismo que imagino harán muchos viajeros. Esas cosas también son historia y también puede llegar el momento en que alguien piense en ellas. Pero esa historia, es menos Historia ... o eso nos parece.

Un saludo, Domingo.

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